Uno de los principales pilares de las actividades de alojamiento en el país, el segmento de Alimentos y Bebidas (A&B), necesitó cambiar sus ingresos el año pasado. Los desafíos planteados por la pandemia del nuevo coronavirus han cambiado la forma en que servimos y han exigido creatividad al sector hotelero.
Las nuevas necesidades se hicieron evidentes al inicio de la crisis sanitaria. Además de limitar el aforo de los espacios, aumentando la distancia entre mesas, la prioridad debe ser reducir el contacto con los alimentos y entre personas. Por eso, hubo que reinventar el reconocido desayuno buffet, un importante incentivo para que los huéspedes madrugaran cada día.
Para ofrecer mayor comodidad y hacer sentir más seguro a los huéspedes, la solución adoptada por muchos hoteles y posadas ha sido servir las comidas en las habitaciones.
Otros establecimientos han optado por cambiar el sistema a un buffet asistido -en el que el cliente es servido, pero no tiene acceso directo a la comida-, mientras que algunos resorts ofrecen ahora la opción de un mini buffet servido en mesa, con pequeñas porciones. de diferentes platos.
En el día a día del sector, la migración del buffet a la mesa o al salón requiere una reestructuración de la cocina, de los servicios y, principalmente, de la forma en que se preparan y presentan las comidas.
Como resultado, están ganando terreno. artículos empaquetados individualmente, que facilitan la distribución de los alimentos entre los invitados y evitan el desperdicio -hay tostadas, mermeladas, mantequilla, queso crema, salsas para ensaladas y para acompañar meriendas, además de las clásicas azúcar y sal, entre otras-.
Otra opción que está creciendo en preferencia en el sector de la hostelería es embalaje familiar para algunos de estos productos, que por tanto son utilizados dentro del apartamento únicamente por ese grupo de huéspedes.
Para mejorar aún más la experiencia del cliente (y siguiendo la misma lógica de atraer nuevos ingresos), servicios de autoservicio también se están probando. Un ejemplo interesante es tener un emporio que ofrezca artículos de conveniencia, como protectores solares, y más opciones de alimentos y bebidas para consumir en el departamento.
El cambio es oportunidad
Si bien algunas de estas adaptaciones pueden cambiar la estructura de costos de las operaciones de hoteles y posadas, también ofrecen una oportunidad de generar nuevos ingresos para estos establecimientos.
Esto se debe a que la pandemia no solo ha cambiado la forma en que se sirven las comidas, sino también lo que buscan los huéspedes al reservar una estadía. Todavía preocupados por la crisis sanitaria, pero buscando un bienvenido cambio de aires, muchos de ellos han recurrido a los hoteles para salir un rato de casa sin correr demasiados riesgos.
Este perfil de huésped busca reducir la socialización con otros huéspedes y aprovechará las comidas que ofrece el establecimiento en su habitación o en un lugar seguro -como una mesa al aire libre-. Y esto puede generar más ingresos para el hotel o la pensión.
Existen, por tanto, muchas soluciones interesantes y potencialmente rentables para afrontar los tiempos difíciles que atraviesa el sector hotelero. Y, para ello, también es importante confiar en proveedores de confianza, que garanticen productos de calidad y plazos de entrega rápidos.
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