¡En septiembre se celebra el Día Mundial del Turismo y hoy queremos hablar de la evolución del sector en Brasil! Embratur estima que el país recibirá 4,2 millones de turistas extranjeros hasta finales de 2022 – ¡la cifra no incluye los millones de viajeros nacionales que exploran el territorio nacional! La expectativa es que la actividad crezca 4,3% este año, según la CNC (Confederación Nacional de Comercio de Bienes, Servicios y Turismo).
Si bien el país tiene un alto potencial turístico debido a la riqueza de sus paisajes naturales e historia, todavía hay espacio para que esta actividad económica crezca. Esto se debe a que, aunque atrae a miles de turistas extranjeros cada año (antes de la pandemia, más de 6 millones visitaban destinos brasileños anualmente), Brasil es responsable de solo 1% de la actividad turística mundial.
Para que una ciudad acoja bien a los turistas son necesarios un conjunto de factores que dependen tanto de iniciativas públicas como privadas. Hemos enumerado cinco cosas esenciales para que un destino sea hospitalario con sus visitantes. Y si eres turista, utiliza estos consejos como lista de verificación antes de decidir el destino de tu próximo viaje. Verificar:
1. Hospitalidad
Una de las primeras cosas que nos viene a la cabeza cuando pensamos en viajar es dónde alojarnos. Por ello, es importante que la ciudad cuente con una red hotelera bien estructurada, con variadas opciones de precios y servicios. No importa el tamaño del establecimiento (posada, resort u hotel, por ejemplo), lo esencial es brindar un servicio de calidad para recibir a los turistas.
Cuando hablamos de hospitalidad, también es necesario ofrecer facilidad a la hora de comer. Es importante invertir en restaurantes y cafeterías, sin embargo, si esta no es una alternativa viable para el municipio, lo ideal es que los propios hoteles ofrezcan pensión completa a los huéspedes.
2. Servicios específicos para turistas
Entre las cosas más importantes para recibir a los turistas está ofrecer una estructura para recibirlos. Aquí hay que considerar que el visitante puede pasar varias horas alejado del lugar donde se hospeda, y que desconoce la ciudad. Disponibilidad de baños públicos, centro de información turística y servicio de recepción local – con guías, traslados, etc. – son algunos ejemplos.
3. Seguridad
La seguridad debe ser parte de las políticas públicas de cualquier ciudad. Sin embargo, los gestores municipales deben tener en cuenta que, una vez que la ciudad se convierte en un atractivo turístico, el número de personas que caminan por las calles aumenta. En consecuencia, será necesario revisar el número no sólo de agentes de seguridad pública, sino también de bomberos y socorristas, en el caso de los destinos costeros.
4. Accesibilidad
El libre acceso para todos es un derecho previsto por la Constitución Federal. Además, existe un decreto nacional que determina que todas las personas con necesidades especiales, incluidas las personas mayores y las personas con discapacidad, tienen garantizado el libre acceso. Por ello, es necesario que la ciudad y los establecimientos creen entornos inclusivos y accesibles para todos.
Incluso si la topografía del municipio no es favorable, como en el caso de lugares con muchas pendientes, es posible prever alternativas. Además de transporte público accesible y rampas de acceso a establecimientos, por ejemplo, las aceras deben estar en buen estado, con el ancho correcto, libres de obstáculos y contar con guía para personas con discapacidad visual.
5. Recursos turísticos existentes y potenciales
La belleza de una ciudad puede ser el principal atractivo turístico. Sin embargo, los visitantes deben tener alternativas para diversificar actividades durante su estadía. Cuando se exploran bien los recursos, también es posible atraer diferentes perfiles de turistas. Una misma ciudad puede atraer a amantes de la naturaleza y la gastronomía, familias numerosas y parejas.
Por ejemplo, en Brotas (SP), además de la naturaleza misma, los deportes extremos se han convertido en un atractivo. En las Serras Gaúchas, la arquitectura y el frío atraen a los turistas con la promesa de un clima europeo, pero los comerciantes locales comenzaron a invertir en la producción de chocolates y vinos, favorecido por el clima, como un atractivo más de la región.
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