La pandemia de Covid-19 ha cambiado el turismo en su conjunto. Venimos hablando de las nuevas modalidades que han surgido, como el slow travel y el turismo de experiencias, o han cobrado fuerza, como el ecoturismo. Contrariamente a lo esperado, un sector que se vio impulsado en los primeros momentos de la reanudación de los viajes fue el turismo de lujo, aunque en formatos distintos al concepto tradicional.
Según ILTM (International Luxury Travel Market), los viajes de lujo representaron 50% del total de ventas de viajes en la pandemia, mientras que 62% de agentes de viajes y consultores entrevistados afirmaron que los clientes estaban gastando más en turismo que en el período anterior a la crisis sanitaria. La modalidad es responsable de una cuarta parte de todos los ingresos generados por el sector, afirma la Organización Mundial del Turismo.
Cabe mencionar que los viajes de lujo no sólo se están realizando a otros países. Las restricciones vinculadas a la pandemia alentaron a los turistas brasileños a explorar el territorio nacional. La BLTA (Asociación Brasileña de Viajes de Lujo) señala que 64% de sus miembros informan que el perfil del cliente cambió durante el período, hasta el punto de que el sector ganó, en 2021, 47,2% más que en 2019.
que es el lujo
El diccionario Michaelis define el lujo como “un estilo de vida que se caracteriza por la ostentación excesiva y el gasto en bienes de consumo caros y superfluos; pompa, refinamiento, suntuosidad”. Si bien quienes buscan un viaje de lujo esperan ciertas comodidades y confort, hoy esta modalidad está mucho más ligada a experiencias únicas, personalizadas y sustentables.
Por supuesto, todavía hay hoteles de lujo “tradicionales” –y demanda– con alojamientos de más de 1.000 m², cuatro suites, jacuzzi y detalles como tiradores dorados en las puertas. Sin embargo, el “nuevo” lujo incluye viajes centrados en la experiencia más que en la ostentación. En otras palabras, existe una demanda de enriquecimiento cultural, autenticidad y exclusividad. Un ejemplo es el turismo de última oportunidad: viajar a lugares cuyo ecosistema está amenazado.
Este turista también busca alojamiento y restauración de alto nivel, pero en destinos no tan habituales -normalmente remotos y aislados- y que no se pueden encontrar fácilmente en una búsqueda en Internet. Quiere actividades en las que pueda participar y no ser simplemente un mero espectador que hará de la ocasión una simple publicación en Instagram.
Sostenibilidad y bioseguridad
La “ostentación excesiva” fue reemplazada por la sostenibilidad. Hoy en día, los viajeros están preocupados por los impactos del turismo. Así, buscan experiencias en las que todos los agentes, como hoteles, restaurantes y otras actividades de interés, se preocupen por los impactos de sus actividades no sólo en el medio ambiente, sino también en la comunidad donde se ubican.
Esto significa que existe una preocupación por conservar toda la biodiversidad, desarrollar prácticas de bajo impacto ambiental y permitir recorridos con una huella de carbono reducida. Además, los turistas de lujo valoran las iniciativas de los establecimientos, como contratar gente de la comunidad, fomentar la economía circular y utilizar productos que no dañen el medio ambiente.
Y, tras la pandemia, existe una enorme demanda de bioseguridad. Los turistas son más exigentes con la rutina de limpieza de alojamientos y áreas comunes, y tienden a priorizar lugares con experiencias al aire libre y que requieren prueba de vacunación y/o prueba de Covid-19 negativa.
Estancias más largas y personalizadas
Después de estar confinados en sus hogares, la gente busca quedarse el mayor tiempo posible en sus viajes. No es diferente en el mercado de lujo, y los huéspedes tienden a quedarse más días que en el período previo a la pandemia, ya sea recorriendo y disfrutando el destino, o trabajando desde casa en un lugar diferente o una combinación de ambos, lo que se conoce como estadías.
Por ello, los hoteles deben estar preparados para este cambio, creando una estructura -como incluir mesas y sillas de oficina- para el trabajo y estudio remoto, en el caso de familias con niños y estudiantes. Y, como el alojamiento será el hogar de este turista durante los próximos días, es importante centrarse en detalles que aporten mayor comodidad, como servicio de spa, kit de baño y de higiene, como mascarillas y alcohol gel, entre otras comodidades.
Otra demanda que ha cobrado fuerza es la personalización. En este sentido, es importante que el establecimiento conozca a su cliente, añadiendo actividades según su perfil -pareja o familia, restricciones dietéticas, preferencias de tour (nocturno o diurno) y, actualmente, incluso si quiere contactar con el equipo del hotel. por correo electrónico problemas de salud. Proporcionar este servicio requiere un buen servicio antes, durante y después de la estancia.
Ofrecer comodidades de calidad es parte de un servicio de lujo. ¡Consúltanos para conocer los productos y servicios de Harus!