Cuando piensas en unas vacaciones, ¿cuál es el primer lugar que te viene a la mente? ¿Una playa paradisíaca, una casa de campo, un resort de cinco estrellas, una ciudad con una vibrante vida nocturna? ¿Qué pasa si decimos que el espacio –sí, el espacio exterior– podría ser una opción como cualquiera de ellas dentro de unas décadas? Al fin y al cabo, hoy en día el turismo espacial ya es una realidad, aunque todavía lo es para pocos.
El año 2021 estuvo marcado por el inicio del turismo espacial. Quince personas tuvieron la oportunidad de ir más allá de la atmósfera terrestre al espacio. Hasta entonces, sólo los astronautas profesionales -título otorgado únicamente a individuos entrenados y calificados por agencias espaciales, como la NASA, de Estados Unidos, y Roscosmos, de Rusia- habían despegado en un cohete.
La hazaña, que dura aproximadamente 10 minutos, sólo es posible gracias a un cambio tecnológico. Esto se debe a que, antes, los barcos eran descartados luego de un vuelo y el costo de la operación se volvía altísimo, siendo viable sólo para agencias gubernamentales. Sin embargo, los avances de los últimos años permiten que una misma nave espacial despegue y aterrice de forma segura, es decir, permite utilizar una nave espacial para varios vuelos suborbitales.
cuales son las opciones
Aunque la NASA debe autorizar todas las misiones que aterricen en la Estación Espacial Internacional, ninguna agencia espacial realiza viajes turísticos al espacio. Actualmente, tres empresas privadas ofrecen el servicio: SpaceX, propiedad de Elon Musk, Blue Origin, propiedad de Jeff Bezos, y Virgin Galactic, propiedad de Richard Branson. Son, respectivamente, propietarios de Tesla, Amazon y Virgin Group.
No existe consenso sobre la distancia exacta a la Tierra que determina dónde comienza el espacio exterior. Sin embargo, existe la Línea Kárman, que se encuentra a 100 km sobre el nivel del mar y es considerada por varios estudiosos como la frontera con el espacio. Por otro lado, la NASA utiliza la frontera a 80 km sobre la superficie como base para sus misiones.
¿Por qué os contamos esto? Porque es importante conocer estas fronteras para que, cuando el turismo espacial se popularice, no os dejéis engañar. Hoy en día ya se realizan viajes en globo hasta la estratosfera, que se encuentra a unos 50 km de altura. Aunque el viaje también ofrece una experiencia única, con vistas increíbles, no es correcto decir que fue una visita al espacio.
Cuanto cuesta
Los primeros viajes suborbitales fueron de carácter experimental, y hay lista de espera para quienes quieran participar en los próximos. Como ya hemos mencionado, el turismo espacial sigue siendo una realidad para unos pocos, ya que los precios iniciales rondan los millones de dólares. Sin embargo, el avance acelerado de la tecnología podría abaratar las operaciones y hacer que los viajes espaciales sean más accesibles en las próximas décadas.
Blue Origin – empresa que, en 2022, llevó al primer brasileño a un viaje espacial turístico – no anuncia el costo del billete. Sin embargo, en 2021, el primer billete se vendió por $ 28 millones, equivalente a más de R$ 150 millones. Sin embargo, el precio puede haber sido alto porque no tenía precedentes, ya que se subastó otro billete por 8 millones de dólares (alrededor de 40 millones de rands).
SpaceX tampoco reveló los importes cobrados por su primer despegue comercial. Sin embargo, la revista Time informó que el comandante y creador de la misión, Jared Isaacman, había pagado 200 millones de dólares (más de mil millones de rands) por cuatro plazas (que fueron sorteadas, recaudando 113 millones de dólares) en el barco.
Teniendo en cuenta los estándares actuales, Virgin Galactic tiene los precios más asequibles: la reserva de un asiento para un vuelo suborbital cuesta 450.000 dólares estadounidenses, unos 2 millones de rands. El viaje está previsto para 2023. Los interesados deberán pagar una tarifa de US$ 1.000 para sumarse a la lista de espera, que ya cuenta con nombres como Justin Bieber y Lady Gaga.
quien puede ir
Incluso si el interesado dispone del dinero necesario para ir al espacio, las empresas tienen algunas normas para garantizar la seguridad de la tripulación. Las personas necesitan estar en forma para soportar la aceleración de la gravedad, que puede ser hasta seis veces mayor durante el vuelo, y realizar algunas tareas de seguridad durante el viaje. Cada empresa puede determinar sus propias directrices.
En Blue Origin la edad mínima es 18 años. El interesado deberá tener una altura superior a 1,50m y inferior a 1,92m. También existen límites de peso mínimo y máximo: de 50 kg a 101 kg. Entre otros requisitos, el individuo debe poder subir a la torre de lanzamiento (equivalente a siete tramos de escaleras) en 90 segundos y poder abrocharse y desabrocharse el cinturón de seguridad en 15 segundos, además de someterse a un entrenamiento de 14 horas.
Virgin Galactic exige que la persona esté en buena forma física y se someta a un entrenamiento que incluye pruebas de microgravedad, recomendaciones de seguridad e instrucciones sobre el EPI (Equipo de Protección Personal) utilizado durante el vuelo. Un equipo médico acompaña a los viajeros hasta el despegue para garantizar la salud física y mental de la tripulación.
SpaceX aún no ha formalizado sus reglas. Los pasajeros del primer vuelo suborbital de la compañía, sin embargo, recibieron el mismo entrenamiento que los astronautas de la NASA. El protocolo incluyó pruebas físicas, clases de mecánica orbital y entrenamiento básico sobre el funcionamiento y operación de la cápsula.
¿Y el futuro?
Parece que el turismo espacial será accesible en las próximas décadas, a medida que el avance acelerado de la tecnología y la popularización de la oferta tiendan a reducir costes. Aunque parezca un viaje lejano, basta recordar que a mediados de los años 90, Internet y los teléfonos móviles eran para pocos. Hoy en día, ambas tecnologías están presentes en la vida diaria de la mayoría de las personas.
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